Situado a pocos metros de la fundación, el hospital en el que trabajamos acoge diariamente a los niños que permanecen hospitalizados durante un período más o menos largo en función de la naturaleza de la enfermedad.

Por tanto, en diferentes sectores (pediatría, cirugía, oncología o quemaduras), nuestros voluntarios trabajan directamente con los niños, en particular pasando tiempo con ellos jugando o hablando, lo que permite a los pacientes superar mejor el dolor y recuperarse más fácilmente.

Las mañanas y las tardes

Dependiendo del número de voluntarios, nos aseguramos de ir allí todas las mañanas y, cuando podemos, también por las tardes. Con juegos, actividades manuales, lecturas e incluso momentos de discusión, aseguramos su bienestar psicológico para evitar la regresión causada particularmente por el aislamiento y así ayudarles a superar el tormento de la enfermedad. Para favorecer su realización, es necesario, por tanto, prestar especial atención a la calidad del entorno hospitalario y al mantenimiento de las actividades sociales y culturales, y por eso intervenimos con regularidad.